De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el suicidio es un problema de salud pública que provoca la muerte de 900.000 personas cada año en todo el mundo. El Ministerio de Salud y Protección Social, define el suicidio como «toda muerte derivada de la utilización de cualquier método (envenenamiento, ahorcamiento, herida por arma de fuego o cortopunzante, entre otros), con evidencia, explícita o implícita, de querer provocar su propio fallecimiento».

Considero que, nuestra juventud, se ha visto envuelta, desde hace mucho tiempo, en la depresión, esto es a causa del stress que generan no solo las situaciones, sino el entorno familiar, quien es la primera puerta para que la juventud tome decisiones, sean acertadas o no. En la actualidad, a la juventud, no se le puede obligar a hacer cosas que, estos no quieren, y muchos padres, han entrado en querer “imponer su voluntad”, con el fin de conseguir lo que ellos quieren que haga sus propios hijos. NO. Esto es un error, nuestros jóvenes, necesitan de amor, paciencia, tolerancia, diálogos y menos imposiciones.

Es acertado el adagio popular que dice: “más vale maña que fuerza”, y en muchas oportunidades vale más la inteligencia que la fuerza, por eso, amigo lector, no entres en conflicto con tus hijos, apoyémoslos y hagámosle ver la vida, pero de una manera bonita, mostrándole los dos lados, sin ninguna clase de imposiciones, para que en un mañana no haya arrepentimientos, por no saber utilizar unas buenas tácticas de convencimiento sin obligación.

Autor: Liliana Blanco Maiguel.

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